Luego de un largo tiempo de no compartir fecha, se juntaron estas dos bandas de estilos diferentes pero con el mismo empuje. En ascenso y con escalas el último día de la semana se pasó volando.
Luego de un largo tiempo de no compartir fecha, se juntaron estas dos bandas de estilos diferentes pero con el mismo empuje. En ascenso y con escalas el último día de la semana se pasó volando.
Niceto estaba lleno de gente, se apagaron las luces y “A Tiempo”, de su disco debut Humo del Cairo (2007,) fue la pieza elegida, para introducir a los allí presentes en un trance profundo. El primer tema fueron 10 minutos que preconizaron lo que vendría después. El trío presentó una propuesta sonora muy interesante, canciones densas, sonidos bajos, cada canción que pasaba daba la sensación de estar hundiéndose lentamente en arenas movedizas y uno allí, hipnotizado, ensordecido dejándose atrapar. En un principio el sonido estaba por demás elevado, haciendo que la guitarra de Juan Manuel Díaz, también en voz, saturara, pero luego de un desperfecto en su equipo todo se puso en su lugar, dejando que las canciones se luzcan como debe ser. De su último trabajo Vol. II (2011) pasaron “El Alba”, “Tierra del rey”, “Indios” y, poco a poco, el ambiente se puso más oscuro, pesado, todo eso acompañado de un juego de luces que dejaban ver las siluetas de Gustavo Biachi (bajo) y Federico Castrogovianni (batería) en un perfecto negro. Hubo lugar para estrenar un tema, cuyo nombre no pude entender, que realmente fue increíble. Estos tres hombres logran canciones sin fisuras, no hay escapes ni cuestiones que queden flojas, acá hay equipo. El destino final fue con “Espada de sal” de Vol. II, como buen piloto Díaz agradeció y hubo un gran aplauso como suele hacerse cuando la nave aterriza. El primer tramo estaba hecho.
"Estos tres hombres logran canciones sin fisuras, no hay escapes ni cuestiones que queden flojas, acá hay equipo".
Lo que siguió fue Utopians que dio un show con todos los ingredientes que tienen aquellas bandas que se acercan rápidamente al éxito. La mayor parte del set estuvo dedicado al material lanzado este año: Trastornados, “Nunca es hoy” el primero. Continuaron con “Trastornados” y “Muertos vivos”, Barbara Recanatti (voz y guitarra) saludó y siguió. De Freaks (2010) fue el turno de “Come baby” que logró despertar el show, porque hasta ese momento parecía que la máquina costaba arrancar, por suerte, no tardó mucho en prender motores. Al término del tercer tema, voló una bandera que, con una sonrisa en sus rostros, Barbi y Mario Romero (bajo) desplegaron, dejando leer un: “ A donde vayan, allá vamos!” de su grupo de seguidores Los Trastornados. Otros títulos fueron “Esas cosas”, “Say hello” y “Estación” una atrás de otra, sin silencios. Lo que no se puede negar es que tanto la cantante como Gustavo Fiocchi (guitarra) saben moverse en el escenario, ellos saltan, bailan, posan para los flashes, tiran púas a sus fans y dan mucha energía. No suenan ni fuerte ni bajo, no saturan, sino que logran armonía, canciones limpias, bien armadas y ejecutadas son un quinteto que tiene a Larry Fus en batería dándole ese toque rockero. Para los dos últimos temas Bárbara dejó la guitarra, agarró la pandereta y versionaron “Estallando desde el océano” de Sumo y, como podía imaginarse, “Rock and roll nigger” de la gran Patti Smith . Señoras y señores esto fue todo, espero hayan disfrutado del viaje.