Siempre extremos y ahora más rockeros, los Avernal festejaron veinte años lucha. Premio a la obstinación y a la entrega. Festejo merecido.
Siempre extremos y ahora más rockeros, los Avernal festejaron veinte años lucha. Premio a la obstinación y a la entrega. Festejo merecido.
Calculo que para los muchachos de Avernal debe haber sido bastante complejo tratar de abarcar una carrera de veinte años que dé lugar a cada hito de una propuesta sonora y musical que ha ido cambiando considerablemente través del tiempo. Entonces, casi como tratando de escribir su propia biografía, el comienzo fue para el iniciático Avernal de 1997 con “In extremis” y “Catalepsia” en donde como bien dijo Fede Ramos, en la mini entrevista que le realizamos, la propuesta se ajustaba a la intensidad y la precisión de death metal en su veta más técnica. Luego aparecerían No hope de 2001 e Ill de 2004 con “Useless Prayer” y “Bretray” respectivamente mostrando el lógico crecimiento a la hora de estructurar la composición (sumada a la decisión de cantar en inglés algo que se ha ido perdiendo en el tiempo).
Sin embargo, la llegada de “Voracidad” de El Sangriento de 2006 se convertiría en el primer punto de quiebre del show. Por un lado se convirtió en el primer tema verdaderamente festejado y coreado por la gente que llenó el Uniclub, por el otro se vio claramente favorecido por una mezcla sonora que hizo brillar más los aspectos rockeros de la banda (en especial las vocalizaciones melódicas de Cristian Rodriguez) por sobre la oscuridad y la velocidad del death metal.
De esta manera en casi dos horas de show, pasó Avernal mostrando la paleta de colores, siempre extremos, que puede lograr la música. Hasta aquí han llegado, seguramente seguirán creciendo.
“La Resurrección” de Miss Mesías del 2009 trajo el primer invitado de la noche, el actual bajista de Buffalo, Cyto que le imprimió un sonido bien distorsionado al tema algo que el actual bajista, Mow se encargó de potenciar en la iconoclasta “Donde Está Tu Mesías” en otro de los grandes momentos de la noche, principalmente porque mostró la variedad sonora de la banda.
Distintos flashback a las primeras épocas, en donde se pudo destacar la atmósfera grindcore de “Desmebrando la Vida”, la presencia de Wata de Matan S.A imprimiendo su furia para “Cuerpo Vendido”, la precisión de Diego Conte de Mastifal para desgranar “Crawling” (con la presencia de John W. Graue primer baterista de la banda) y “No Hope” con el también ex baterista Mariano Miranda hoy en Bloodparade; fueron una muestra perfecta de lo que es el pasado pero también el presente. En el pasado encontramos la esencia extrema que fue construyendo su lugar en la música pesada. En el presente encontramos una impronta mucho más ganchera y rockera sostenida en la interacción de las guitarras de Sergio “El Tano” Conforti y Fede Ramos (quienes no necesitan mirarse para percibir lo que cada uno ejecuta) y en especial en el aporte mucho más descontracturado de Mow en bajo, con una impronta mucho más cercana a las atmósfera entre rockera y hardcore.
El clima doombeta de “No tengo alma” fue le introducción para “La tormenta después de la calma” en donde la guitarra de Sebastián Barrionuevo ex Jesus Martyr hoy The Killing y Fin du Monde contribuyó a construir una violenta pared sonora sostenida en la agresividad vocal de Cristian Rodriguez y en la solvencia de German Rodriguez desde los parches (toda una rareza para la música extrema al no requerir de casi ninguna tecnología específica para transformar su sonido de bombo).
Precisamente, la precencia de Roy Ota guitarrista de la banda de hardcore punk Eterna Inocencia para hacer “La Espada Sin Cabeza” del reciente Requiem para los Rebeldes. Necrología Pt I, cobra sentido si conocemos que Germán Rodriguez también pertenece a la banda, lo que explica la velocidad cuasi punk que uno puede percibir por momentos desde los parches, algo que incluso impregnó con su impronta a la lista de temas que debió incorporar (ya que el tiempo planificado había sido mayor) a “El Ídolo Traidor” y “Huacalera” también de “Requiem…” que fue el cierre final de la noche.
Antes pasaría una genial versión de “Solo Ante La Muerte” en el que las presencias de Claudio “El Pastor” Filadoro de Buffalo y Pato Larralde de Sauron concretarían una extensa vibrante y pesada retrospectiva de la canción con una impronta épica capaz de conmover al más insensible junto con la obligatoria “El Sangriento” y los gritos de misantropía de “Hoy podés pudrirte” e “Infectado por el odio” que fueron el cierre anticipado, en cuanto a emotividad, a lo ya anunciado.
De esta manera en casi dos horas de show, pasó Avernal mostrando la paleta de colores, siempre extremos, que puede lograr la música. Hasta aquí han llegado, seguramente seguirán creciendo.