Sábado 01 Abr, 2023

Fiesta, que fantástica esta fiesta.

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Crónicas | Festipulenta
Fiesta, que fantástica esta fiesta.
Texto: Laura Castellví | Fotos: Sábado Tania Castellví. Domingo: Daniel Albornoz
CC Matienzo ?

Una nueva edición del Festipulenta, está vez festejando sus 5 años de existencia, las 20 ediciones y haciendo del feriado de carnaval una fiesta de rock, buenas bandas y por sobre todo diversión.

El Club Cultural Matienzo fue el lugar que albergó está apuesta rockera, un espacio bastante grande, que contuvo a más de un centenar de espectadores que pudo disfrutar de una selección de bandas que hizo de este cumpleaños algo memorable.  No sólo de música se trató el encuentro, sino que  también hubo ciclos  de lecturas Más poesía, menos política (el sábado) y Sesión Ultravientnamita  (el domingo), aportando un toque de diferente a lo que suelen ser los festivales de música.

El cartel anunciaba más de 14 bandas, algunas que ya participaron en otras ediciones y otras como Los Rusos hijos de putaBestia bebé que fueron los debutantes. En este sentido,  el festival no solamente hizo culto a la electricidad sino que los acústicos se hicieron espacio con  Mister y Reno (sábado) y Pungatroids y Antolín (domingo).

Hasta acá los datos duros, ahora llega el turno de contar un poco qué es un Festipulenta. Por suerte no es el primero al que asisto, sino que ya van varios, y la verdad es que no defraudan nunca. Las razones pueden ser varias y por supuesto, totalmente subjetivas, pero aquel que conoce o  que fue por primera vez, seguro se dio cuenta que la energía que circula es de lo más amigable, desprejuiciada y por supuesto, con una propuesta artística de excelencia. 

Día uno: Sábado

La atmósfera era más que amigable: gente por todos lados, que subía y bajaba para escuchar a quienes leían, los que esperaban a ser atendidos en la barra para refrescarse y aquellos que circulaban hasta que empezaron Los Espíritus con “La mina de huesos” título que abre su álbum homónimo. El nuevo proyecto de Maxi Prietto y Santiago Moraes propone un set para bailar y descontracturar, cargado de buenas canciones como “El gato”, “Noches de verano” (este último muy coreado por el público), y para finalizar “Lo echaron del bar” un tema bien pegadizo. No hubo que esperar demasiado para que haga su aparición Olfa Meocorde, un trio contundente que  va al frente.  Son desmesurados y hacen de los 45 minutos de concierto un espectáculo buenísimo en el que algo oscuridad un toque de psicodelia, experimentación y crudeza.  Federico Lavia, en bajo y voz, Demian Visgarra, en guitarra, y Cochi Conde en la batería dejan extasiados y con ganas de más. Mejor que describirlos es ir a verlos.

Luego de los aplausos más que justificados, fue el turno del ancla que arrojó Acorazado Potemkin para desplegar un montón de canciones que hacen que los cuerpos se muevan casi por si solos. Este es otro trio que suena ajustado y ofrece temas de “Mugre”, su último disco junto algunos nuevos como “Desayuno” y “Algo” mientras  proyectan imágenes de películas de antaño.  Hay lugar para el agradecimiento Juan Pablo Fernández, guitarra y voz que describe un poco de lo que allí estaba sucediendo. Este es un lugar de paz… se animó a decir y fue una buena definición del ánimo general.  

Un poco de descanso con Blondie y Dead Kenedys de fondo,  fue el impasse para que ingresen las dos últimas bandas de la noche. Si hasta el momento la cosa estaba encendida con Sr Tomate se bajaron unos cuentos cambios utilizando percusión, trompeta, armónica, algo de folk-rock y algunos temas de su reciente disco “Allá en la tierra” y del primer álbum como “Infarto” y “La palabra macabra”. Cancioneros y muy festejados, estos oriundos de La Plata fueron la antesala de quienes cerraban: Fútbol. Cuando se cortó abruptamente la música y se pusieron en posición Gamba, guitarra, Federico Terranova, violín, y Santiago Douton, voz y batería, la fiesta se desató. Futbol tiene una formación inusual, temas exquisitos con letras de cancionero popular y una energía aplanadora. Con pausa pero sin prisa pasaron “500 submarinos”, ”La razón a voluntad”, “El ciego” y  “San Martín” entre otros títulos que forman parte de “La gallina” y “Papá se va a Japón”. Imposible no mover el esqueleto con este trio que cerró la primera jornada de rock.

"una nueva edición del Festipulenta se da por concluida en el contexto de una maratón de camaradería  buena música y energía.  Eso define algo de lo que se  vivió en el festejo de estos cinco años".

Domingo: Segundo y último día

Por lógica en este tipo de festivales, nada es igual pero todo es parecido. Algunas caras repetidas, otras nuevas, mucha gente y por sobre todo un motón de música en vivo por disfrutar fue lo que sostuvo este segundo día.

Si hay una banda que nos puede decir  algo sobre lo que es estar vivo es El Perrodiablo, aquellos  que hacen que salgas del letargo, que te exorcizan en vivo y en directo, que sacan lo mejor de uno, que generan un pogo desquiciado y salvaje.  Pasaron “El monje negro”, “Las vegas”, algunos de su próximo disco y  cerraron con “Algo sobre estar vivo”,  dejando al público prendido fuego. El agite es indudable y el aplauso es tan enérgico como su set. Un par de vueltas para ver qué pasaba por ahí, hasta que Valle de Muñecas irrumpió en el escenario. La banda de Manza aplaca un poco el fuego y abre con “Ni un diluvio más”, del último disco.  El tono es más tranquilo  pero no por eso deja de deleitar a los allí presentes.  Repasaron sus trabajos anteriores “Regresar (a través de la noche)” y “Días de Suerte” en una presentación prolija y fresca.

Con 107 Faunos, la catarata de temas fiesteros hace su despliegue para que el público  baile al son de “El tigre de las facultades” y “El elmo”, ambos de su disco debut. Las tres voces se intercalan, el arengue está presente, el mosh es una constante y a pedido de la audiencia sonó “Pretemporada”, el tema que marcó el fin del show. Ni bien terminó 107 Faunos, comenzó a correrse el rumor de que habría una sorpresa y por diversión empezaron las apuestas. Varios nombres circularon hasta que Prietto viaja al Cosmos con Mariano hizo su aparición y  la alegría fue total dando inicio a un viaje hacia la psicodelia y el delirio. Como una danza ancestral se suceden las canciones; “Niños”, “Verano fatal” y “Avenida Corrientes”. Maxi Prietto en  guitarra y Mariano, en batería, se reunieron para la ocasión dando un recital que dejó en éxtasis a los afortunados espectadores. Se despidieron con “El bombero” y la satisfacción se hizo dueña del lugar.  Para este momento el cansancio empieza a sentirse lo que hace que algunos empiecen a emprender la retirada antes del cierre del festival que estuvo a cargo de Mujercitas Terror. Canciones post punk, oscuras y densas son de la partida entre las que se destacan “Excavaciones”, “Actriz” y “Días de guerra” en un set corto y contundente con un algunos problemas de sonido pero que no opacaron en general la presentación. De esta manera una nueva edición del Festipulenta se da por concluida en el contexto de una maratón de camaradería  buena música y energía.  Eso define algo de lo que se  vivió en el festejo de estos cinco años. Estaremos en la próxima.

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