Empieza a tocar Almanegra y uno ya no recuerda ni qué hora es, ni que mañana es mañana, o que el país arde en llamas. Se deja llevar por esa densidad casi oscura de un blues que se siente por sí solo y que no piensa, se siente y punto. Una hora después Khadabra, al mando de la voz hipnótica de Verónica todo se va, literalmente, a otro maldito mundo. Te llega, todo te absorbe, desde el sonido crudo de las cuerdas y las letras que te alimentan. Para quien ama esa gama entre el blues, el stoner y el rock pesado, es la noche perfecta. Después podemos hablar tranquilos, me podes enseñar de guitarras, acordes, de la historia sobre la música, dar cátedra y ponerte a desfilar el intelecto de lo que ya sabes pero hay una verdad irrefutable: ir a escuchar muy buena música, disfrutar cómo se te rompen las neuronas en vivo y en directo, y descubrir bandas en el camino que te hacen vivir un momento que no se vuelve a repetir, es otra la historia.
Ahora si, estimados, Ambassador sumerge de las profundidades, te agarra del cuello para arrastrarte con ellos a un viaje denso, bien denso. No era yo sola, la mitad de los presentes automáticamente cerraron los ojos y se dejaron llevar por Mal Augurio, No existe solución, Bajo fianza y Humanal. Suenan potentes, uno tras otro sin descanso, y esto recién empieza. Cuando volvés por un instante a ser consciente, el Emergente está repleto y sentís el disfrute ajeno y te reconforta, es mutuo. Los que está pasando arriba del escenario, ni te cuento, lo están disfrutando más que nosotros. De estos cuatros primeros temas del segundo, sobrevienen otros cuatro del primer disco: La amenaza del Pombero, Árbol de la paz, Espejismo y Blues del Origen.
Mitad de la velada, sube al escenario el primer invitado para tocar Estado Natural, Santiago Perez (El Triángulo). Para Cerca del Horizonte, el segundo invitado es Pepo Limeres (Pasajero Luminoso). Un lujo escuchar estos tipos ahora, flasheando que un futuro uno pueda decir: yo estuve ahí, los vi en ese antro tan querido. Volvamos a la realidad, sigamos con el segundo disco debut: No vivir en la ciudad y Doble problema. El público cada vez más sacado, intuyendo que la cosa estaba por terminar, se dejaba vender el alma al tiempo. Tiempo y Donde pega el sol, parecen las últimas, pero a pedido de todos, la noche llegaba a su fin con El siniestro y Por los caminos.
A veces no vamos a entender nunca por qué ni cómo la música tiene una fuerza increíble capaz de remover sentimientos, llevarnos a estados que se nos escapan y transportarnos a un momento de satisfacción personal. Y vuelvo a repetir, podes embarcarte o lamentablemente limitarte a géneros pero es indiscutible aceptar que hay bandas que son excelentes, Ambassador es una de ellas y sólo con dos discos grabados. Esperemos que sigan girando y grabando más música.