Los alemanes tuvieron su propio festival que incluyó a argentinos, alemanes, tuvo su propio patio cervecero, que arrancó a las tres de la tarde y terminó ¡A las 12 de la noche!
Los alemanes tuvieron su propio festival que incluyó a argentinos, alemanes, tuvo su propio patio cervecero, que arrancó a las tres de la tarde y terminó ¡A las 12 de la noche!
La relación entre los Hosen (así les decimos ) y argentina es implacable. Con trece visitas desde el 1992 para acá, es la única banda que se ha dado el gusto de tocar en casi todos los lugares imaginables. Escenarios grandes, chicos, shows gratuitos, visitas al interior, han ido generando una relación entrañable al punto de que este 2018 fueron capaces de organizar su propio Hosen Fest cerrando una noche y compartiendo escenario junto a bandas argentinas con las que fueron trasnitando la ruta durante todos estos años.
Fútbol, Argies y Kraftklub: Haciendo frente al sol
Temprano Futbol y Argies arrancaron un festival que parecía aguarse pero que rápidamente disipó nubes. Los primeros dieron un show intenso y divertido con el violín al frente. Los segundos fueron capaces de mostrar su punk rock frenético que tiene como padrinos a los DTH, al punto de que tocaron en Alemania bajo su tutela.
Promediando las cinco de la tarde Krafklub (banda alemana traída como por los Hosen) se subió al escenario con una particularidad: a esa altura había casi tantos alemanes y alemanas en el público como argentinos. La cuestión no es para nada casual, muchos germanos vienen desde hace años visitando Latinoamérica y argentina para conocer el fenómeno que producen nuestros protagonistas. Lo cierto es que los alemanes fueron quienes más disfrutaron la propuesta de los muchachos en el contexto de un sol que a esa altura ya empezaba a calentar el ambiente. Su música mezcló algo del indie, algo del punk, algo de rap y mucha arenga festiva. Si bien sus canciones fueron bastantes disonantes con respecto al resto de las bandas con las que compartieron cartel (tal vez por este eclecticismo), generaron un show divertido y enérgico donde no faltaron las consignas antifascistas. Fue interesante verlos en vivo porque son parte del aquí y ahora de la música joven alemana.
Pilsen, Cadena Perpetua y Ataque 77: Punk Local
La presencia de Pilsen en el festival fue previsible debido a la histórica relación entre Piltrafa y los Hosen desde la primera visita de los alemanes en la vieja discoteca Halley en donde compartieron escenario y tal vez una misma impronta punk. Esta vez la propuesta de Pil y su banda vino por el lado de recorrer sus propias canciones y mecharlas con algunas versiones de Los Violadores. Entonces sonaron “Más allá del bien y del mal” y “Fashion revolución” en interesantes y prolijas versiones mezcladas con interesantes versiones de canciones propias como “Rot und Schwartz” e “Ivan fue un comunista” que además de incluir a Alex Musatov de la Orquesta Fernandez Fierro en violín; mostraron cuan interesante puede ser Pil a nivel lírico cuando opta por promover sus posicionamientos políticos. En este sentido el contraste con la insólitamente adolescente “Va por mí, va por vos” (con una letra exageradamente infantil) fue evidente, lo que llevó a preguntarse porque decidieron incluir dicha canción. En cambio el cierre con “I Fought the Law” (de The Clash) que desembocó en las dos últimas de Los Violadores, “Bajo un sol feliz” y la previsible aunque efectiva “Represión” generó una interesante reacción en el público. A pesar de que era la tarde de Pilsen, fue imposible dejar afuera la propia historia. Los aplausos dieron finales dieron la pauta de esto que decimos.
A la hora de que Cadena Perpetua subió el escenario el Club Ciudad había aumentado su concurrencia dando la pauta de que mucha gente llegó especialmente para verlos. Los muchachos dieron un show enérgico y vital en donde el sonido al igual que el show de Pilsen por momentos acompañó las canciones y por momentos se dejó llevar literalmente por el viento. La gran virtud de la banda parece ser situarse líricamente entre la angustia existencial y la crítica social sin por ello caer en lugares comunes. Entonces canciones como “Violencia”, “Muertos Vivos” o “Delincuentes” (No somos los portadores del mal, no somos los delincuentes del sur / Seguimos inventando una manera de seguir) tal vez sean las que mejor definen a una banda con un mensaje inteligente y por momentos bien explícito sin por ello caer en lugares comunes. El hit “Si me ves” fue el final de su show que terminó en aplausos generales. Su punk rock con algunos toques de hardcore melódico fue uno de los grandes momentos de la tarde.
Cuando subió Attaque 77 el sonido mejoró rápidamente algo que en los Hosen se potenciaría sin por ello generar una diferencia radical con respecto a las bandas soportes. Verlos en vivo es darse cuenta como a lo largo de su carrera han ido escribiendo canciones que han quedado con claridad dentro de la memoria colectiva no solo del punk sino de la música popular en general. Entonces pueden arrancar con un hitazo de los noventas como “Espadas y Serpientes” que para otras bandas puede ser el cierre del show, más tarde sumar canciones de sensibilidad pop “Chicos y perros”, “Western”, “Beatle” o en el medio ir al punk más básico “Hay una bomba en el colegio” sin que cada momento quedé disociado del otro. Mucha de esta efectividad tiene que ver con que el grupo viene tocando las canciones y recorriendo su historia desde hace tiempo, lo cual favorece a que el desempeño en vivo sea aún más efectivo.
Más allá que canciones como “Donde las águilas se atreven” o “Vuelve a casa” tengan excelentes versiones, uno de los puntos más alto del show pasa por aquellas canciones que explicitan algún tipo de postura política. “Los buenos mueren” dedicada a Favaloro es una de ellas, “San Fermin” en contra de las corridas de toros es otra, “Como salvajes” es dedicada a los políticos corruptos y finalmente “Setentistas” termina con una presentación de Mariano Martinez que denuncia a “los gobiernos que nos chupan la sangre” mientras rescata “a los trabajadores de Zanón, de Bauen entre otros que resisten”. Puteadas al gobierno (“Es el hit del año, más fuerte”) arengó Martinez y la sensación de que los muchachos tienen en claro de qué se trata tocar en festivales como estos. Gran show, tanto apto para fanáticos como para quienes no conocen su música. Bien por ellos.
Die Toten Hosen: Amor mutuo.
Seguramente una de las grandes virtudes que tuvo Die Toten Hosen en esta nueva visita fue la de brindar un show en donde no hubo nostalgia hacia el pasado sino una defensa concreta del momento actual de la banda. Entonces que diez canciones del set pertenezcan a “Ballast der Republik” y a “Laune der Natur” dan la pauta de que hoy por hoy el grupo se siente cómodo con esta nueva etapa más calma y menos desprolija que en sus inicios.
Tal vez por eso, la sensación fue que el show fue uno de los más prolijos instrumental y sonoramente que la banda dio en el país, sin por ello perder efectividad. A esta altura los alemanes son una máquina de generar intensidades. Estas intensidades puede llegar de manera diferente tanto a quienes vengan a escucharlos desde el punk rock como desde otras tendencias más rockeras. A todos tienen algo para decirle.
Precisamente esas ganas de decir y de comunicarse con el público atravesó con claridad todo el set de los alemanes. Por eso tanto Campino con el guitarrista Breiti hicieron especial hincapié en introducir algunas canciones en castellano y de explicar algunos momentos del show. Incluso este último se animó a referirse a la actualidad del país con claridad en un castellano más que entendible “Sabemos que argentina está pasando momentos difíciles. Los acompañamos, y esperamos encuentren una salida” dijo y se lo notó sincero. Campino asintió con la cabeza y puso el micrófono para que el público volviera a entonar el cantito anti Macri dando la pauta de que de eso también se trata la relación de los alemanes con la argentina.
En este contexto, el inicio del show tuvo una referencia directa con relación a los fanáticos argentinos. Iniciar el show con “Auswärtsspiel” fue la manera más concreta de refrendar el amor mutuo. La traducción de la canción como “partido visitante” no es casual, ya que hace referencia directa a las hinchadas argentinas en lo que es una canción de cancha en tempo punk. A partir de ahí el show fue transitando por muestras de afecto “Antes de morir en una de las tres cosas que pensaré será en argentina” llegó a decir Campino, mezcladas por interesantes versiones de canciones de su último disco como “Laune der Nature”, “Unter den Wolken” o “Wannsee” que sonaron intensas, contundentes y redondas dando la pauta del buen momento compositivo que está atravesando la banda.
Obviamente las nuevas versiones fueron intercaldas con algunos de los clásicos que encendieron a un público que no estuvo tan efusivo como en otras ocasiones (evidentemente la crisis hizo que el Club Ciudad estuviera lejos de llenarse) pero que supo responder con entrega en varios momentos del show. “Liebeslied” fue una de ellas al igual que la veloz “Bonnie & Clyde” que reprodujo con claridad la historia de forajidos anti sistema. “Tage wie diese” (la versión en alemán de “Dias como estos”) y “Freunde” también fueron momentos de intensidad emotiva, al igual que “Altes fieber” otras de las cantadas a viva voz. Todas fueron momentos de especial comunión: sigue siendo increíble como una gran cantidad del público repite las letras en alemán como si fuera propio. Algunos podrán hablar de amor, otros de la fuerza de la música para romper límites de estados, cultura y naciones.
La curiosidad de “Paradies” cantada por una brasileña que estaba que fue elegida desde el escenario (impecable su conocimiento de la letra de la canción) fue uno de los momentos curiosos de un show que esta vez no tuvo a Campino trepándose por los Aires. Tres bises que incluyeron “Uno, dos ultraviolento” (cover de Los Violadores que ya es parte del set los alemanes y que esta vez incluyó a Piltrafa y al Tucá Barauskas), “Blitzkrieg Bop” de los Ramones, “Should I Stay or Should I Go” de The Clash, mezcladas con “Opel-Gang” desembocaron “You'll Never Walk Alone” (himno del Liverpool de Inglaterra desde 1960) y un mensaje claro: los hosen respetan la historia y prometen que no nos dejarán caminando solos. Shows como estos permiten seguir creyéndoles.